FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS A LA PRESENTACION
DE ENFERMEDADES EN LA REGION DEL BAJIO
Autor: MVZ MMVP VICTOR QUINTERO RAMIREZ
FES CUAUTITLAN UNAM
La región del bajío es la región porcina de mayor desafío infeccioso en México. Esto se debe ente otras cosas a los siguientes factores de riesgo:
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Situación geográfica
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Densidad de población
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Sitio de sacrificio e importación de cerdos y subproductos
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Intenso transporte de cerdos producidos en la zona y procedentes de otras regiones productoras de cerdos a los rastros de la zona.
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Contaminación ambiental por desecho fecal y cadáveres.
Con respecto a la población Porcina en la región de Guanajuato- Michoacán-Querétaro se ubican alrededor de 1,980,000 cerdos, y si incluimos la región de Jalisco, con quien se tiene un alto intercambio de animales, la población sube a 4,750,000 cerdos en una superficie de 35,000 km2. (mapa 1).
Con respecto al sistema de carreteras y el movimiento de los cerdos podemos ubicar dos tipos de transporte:
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Movimiento de cerdos entre sitios 1-2-3 y traslado a rastros municipales, privados locales y externos.
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Movimiento de cerdos de otros Estados Porcícolas a los rastros ubicados en la región.
Con respecto a los movimientos de lechones en la región no existe una zona claramente definida de Sitios 1 aislada de Sitios 2 y Sitios 3, por lo que los cerdos se trasladan a otras poblaciones en donde quedan próximos a cerdos de otros orígenes, con la consecuente posibilidad de intercambio microbiano por el transporte y alojamiento de animales enfermos.
El traslado de cerdos de abasto de la zona de los Altos de Jalisco hacia los rastros ubicados entre Pénjamo y Santa Ana Pacueco se produce a través de la carretera 84 que pasa por Arandas, Manuel Doblado, La Piedad o bien por Arandas, Cuerámaro, Abasolo y Pénjamo. La opción más larga pero más segura es la autopista 45 que pasa por León, Irapuato y después la Autopista 90 que conecta Irapuato con Abasolo y Pénjamo. La opción occidente es la misma carretera 90 que circula por Tepatitlán, Atotonilco, Ayotlán, Degollado y La Piedad. En Atotonilco se ubica otro rastro que recibe sobre todo cerdos de Los Altos pero en un futuro puede recibir cerdos de Michoacán, Guanajuato o Querétaro.
Un factor que compromete aún más la bioseguridad de la región es el ingreso de cerdos y subproductos de otros Estados productores de cerdos, como son los provenientes de Puebla, Veracruz, Yucatán, Sinaloa, además de subproductos congelados provenientes de Estados Unidos de América. La presencia de rastros y procesadoras de carne y embutidos en la región predispone a la llegada de agentes infecciosos a estos sitios.
Aun cuando el número de porcicultores se ha reducido considerablemente la población se ha incrementado en número de cerdos por granja. Ello mantiene un alto riesgo de difusión de enfermedades transmitidas por vía aerógena. Es difícil encontrar Sitios 1 que no tengan algún Sitio 2 o 3 dentro de un radio de 10 km. Ademas se utilizan carreteras comunes y cercanas a las granjas.
A los factores de cercanía de granjas entre si y el transporte de cerdos potencialmente infectados de un sitio a otro cabe agregar la contaminación de ríos y lagunas por descargas de agua procedente de rastros, granjas y obradores, que funciona como factor de difusión microbiana.
La fauna silvestre y sobre todo las aves son potencialmente peligrosas en el traslado mecánico de partículas microbianas, lo mismo que la fauna nociva como roedores, perros, gatos y moscas, que van de una granja a otra transportando infecciones.
En el año 2016 se hizo evidente la vulnerabilidad de la región al ingreso y difusión de enfermedades con la presentación del brote de PRRS asociado a las cepas 1-6-3, 1-37-2, 1-26-2, 1-2-3 y 1-4-3 (Uribe, A. datos no publicados) y la difusión del virus de Diarrea Epidémica Porcina.
El caso de la cepa 1-6-3 del virus de PRRS se detecta inicialmente en la región de Tepatitlán en diciembre de 2015 y se difunde durante el año 2016 a los municipios aledaños. En el mes de febrero se identifica en granjas de La Piedad y posteriormente sigue el trayecto hacia Pénjamo y Abasolo. Cabe mencionar que esta cepa se había identificado en brotes con un patrón clínico semejante en el año 2011 en Guanajuato (Quintero V, et al, 2011)
La cepa 1-2-3 se observa en granjas de Guanajuato desde febrero hasta agosto de 2016.
En la región de San Juan de los Lagos-Jalostotitlán-Lagos de Moreno se identifican las cepas 1-6-3, y 1-26-2. El impacto clínico se refleja en los parámetros productivos que se observan en las granjas infectadas por estas cepas de alta virulencia.
En el cuadro 1 se resumen los parámetros más afectados y el efecto de la infección por PRRS:
CUADRO 1- PARAMETROS PRODUCTIVOS AFECTADOS POR LA CEPA 1-6-3 EN JALISCO
La mortalidad en sitios 2 y 3 varía de acuerdo a los agentes secundarios involucrados. Los más comunes son Haemophilus parasuis en el sitio 2 y Pasteurella multocida, Mycoplasma hyopneumoniae, Actinobacillus pleuropneumoniae y Salmonella spp en sitio 3.
En algunas granjas se observó la asociación del virus de PRRS con virus de Influenza Porcina. Se ha identificado las presencia de las cepas H1N1, H3N2 y H1N2, siendo la H3N2 la más común
Por lo que respecta al virus de la Diarrea Epidémica Porcina (DEP) aun cuando hay granjas en la región que presentan la enfermedad con un perfil endémico, en la mayoría de las granjas de Jalisco, Guanajuato y Querétaro se presentó un rebrote de proporciones semejantes a los brotes observados en 2013 y 2014 (Cuadro 2). La actividad del virus queda demostrada por la contaminación de granjas de los Estados de México, Hidalgo y Querétaro que se habían conservado libres del virus. La circulación de este virus inicio en noviembre de 2015 y se prolonga hasta abril de 2016.
CUADRO 2. PARAMETROS PRODUCTIVOS AFECTADOS POR DEP EN REBROTE DE 2016.
En conclusión el primer semestre del año 2016 se caracterizó por una alta reactividad de los virus de PRRS y Diarrea Epidémica Porcina, con efectos severos en la productividad de las granjas.
La región del Bajío presenta un alto nivel de desafío infeccioso que se incrementará en la medida que el traslado de cerdos hacia los rastros locales sea mayor.
Podemos establecer las siguientes recomendaciones:
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Mantener un alto nivel de inmunidad hacia los desafíos infecciosos a través de programas de vacunación, de preferencia a nivel regional. Importante revisar los programas de PRRS, Influenza y Ojo Azul.
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Implementar medidas de bioseguridad regional. (Centros de Lavado de vehículos, arcos sanitarios, eliminación de desechos como cadáveres y excretas, diseño de una logística en el traslado de cerdos)
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Estrictas medidas de bioseguridad a nivel de granja.
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Certificar a las granjas en el programa de Buenas Prácticas de Manejo.
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Desarrollar un programa de vigilancia epidemiológica a través de las Asociaciones de Porcicultores con monitoreos serológicos periódicos.
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Crear las vías de comunicación entre los porcicultores y técnicos para identificar los problemas que emergen en la zona y desarrollar planes de contingencia.
Literatura Citada
Quintero v, et al. Memorias XLVII Congreso Nacional AMVEC 2011.